Salve,
Madre del Redentor,
puerta del Cielo
siempre abierta,
estrella del mar
socorre al pueblo que
sucumbe y lucha por
levantarse.
Tú que para asombro
de la naturaleza
has dado al ser humano
a tu Santo Creador
y perteneces
Siempre Virgen,
recibe el saludo del
ángel Gabriel y ten piedad
de nosotros pecadores.
Amén.